lunes, 16 de agosto de 2010

15 AÑOS TIENE MI AMOR (CONTEMPOPRANEA)


15 años de fidelidad pop, 15 de vuelta a casa por el contem , 15 años en familia, 15 de reuniones y aventuras, 15 años de amor y gratitud, 15 de himnos y temazos multicolores, 15 de cómics, fanzines y piscinas, 15 años de elegancia, glamour & pop,... 15 años indelebles de nuestros recuerdos, y uno muy especial, Alburquerque, lugar de peregrinación indie para la historia e irrefutable villa del pop patrio.


JUEVES 22


Puntual a su cita aunque con cambios evidentes, como el ganar un día más de conciertos en la ladera, desistiendo de la tradicional fiesta de bienvenida, con las afterparties como preponderante, daba el pistoletazo de salida Contempopranea 2010.

Capitán Sunrise abrieron mecha con dosis de pop colorista, confite y al mismo tiempo confeti, haciendo realidad sueños con la salida del sol. Gran propuesta la de este supergrupo, con figuras de Band A Part, Lois Casino y Ultranol en sus filas.

Julián Elsie, reconvertido en juglar extremeño con reminiscencias a Cohen y Dylan. Paradójicamente muchos tenían recuerdos de su primera etapa en Contempopranea, saboreando las mieles del éxito con Animal Crackers, proyecto efímero y de peso que por fortuna ha tenido encadenamiento en este novicio pero maduro artista.

Hola a todo el mundo saltaron tímidamente al escenario con algún que otro problema de sonido y es que es todo un hándicap coordinar al unísono todos los instrumentos que portaba el sexteto: violín, piano, ukelele, acústica, bajo, flautas, y, sobre todo coros portentosos que erizaban el bello y un pasmoso público que no daba crédito al rico espectáculo que estaban presenciando. “A movement between these two” marcó el canturreo y tarareo general.

Sidonie volvió el despertar el interés masivo, rubricando así, su singular historia de amor con el festival, que hace un par de años apenas pudieron ejecutar tres canciones. Fuera rencores, “El incendio” fue el motor de empuje de su set con algún que otro hit olvidadizo y claro está, sus características poses canallescas y regocijo con y entre el público incluido.

Maga tenían muchas ganas de salir al escenario y es que los sevillanos han crecido musicalmente en Contempopranea y con ellos el público, que dejaba prácticamente sin claros el foso, demostrando así su eterna y paciente pleitesía. Maga, dejaron de ser maga durante un tiempo, pero ahora han vuelto con más energía que nunca con un Miguel Rivera exultante y gran ejemplo de frontman.

Arizona Baby, pucelanos en pro del rock sureño en territorio popie! Nada más lejos de la realidad, los zz top españoles, imprimieron desde los primeros acordes grandes dosis de rebeldía y maestría, doblando con destreza sus guitarras acústicas y ukeleles creando un atmósfera y ambiente parecido al del rodeo chileno.

Klaus & Kinski prometían mucho con su original set sampleado y virtual, pero su excesivo eclecticismo no fue del todo compacto y se fue agrietando poco a poco con algún que otro desacorde y desafinamiento inusual de Marina. Un mal concierto, sin más, de veinte buenos.


VIERNES 23


La Familia del Árbol disfrutaron de tiempo extra para presentar sus canciones, ya que Joe Crepúsculo se cayó a última hora por enfermedad. Además este contem será recordado por la edición sin homenajes a grupos póstumos como el reconocimiento, en años anteriores, a Golpes Bajos, El Niño Gusano o Carlos Berlanga, entre otros. Pocos fueron los indies que se acercaron, obviando una exquisita degustación de sonidos muy cercanos a Fleet Foxes o al malogrado Nick Drake.

Anni B Sweet acaparó los primeros flaxes y piropos por su belleza y buen hacer sobre el escenario. Bien arropada por su banda, brilló con luz propia gracias a sus irresistibles melodías y su voz cristalina. “Start, Restart, Undo” fue el guión principal de su actuación, muy aplaudida y con una Ana muy cómoda y con gestos de agradecimiento corte tras corte.

Second fueron un delirio de principio para las groupies remontando posiciones hasta compartir escenario para bailar “todas las cosas” junto al quinteto que se atrevió con una versión de Danza Invisible, “Sin Aliento”.

The Primitives, herederos del C86, gran atractivo para el deleite del público más nostálgico. Avalados por Morrissey, en su sonido destiló el brillo trémulo de las guitarras de los Birds con el estilo motosierra de los Ramones y melodías de grupos de chicas de los 60’ convertidas en gemas del pop de dos minutos y medio. La organización, un año más, rescata grupos que bien podrían ser los padres musicales del resto de formaciones del cartel. Teenage Fanclub abrieron la cepa hace dos años, continuaron The Wedding Present, ... ¿quién será el próximo?

Pains of Being Pure at Heart los neoyorkinos plasmaron muchas de esas mágicas composiciones de noise-pop acristalado con claros guiños hacia Jesús & Mary Chain o The Pastels, además de nuevas canciones de enorme factura.

La Habitación Roja, consiguieron, no encender, sino incendiar la noche de Alburquerque, pura fruición de principio a fin. Predominio de canciones del victorioso “Nuevos tiempos”, así como otros clásicos que ya forman parte de la aristocracia indie. Se atrevieron con “El nunca ganaremos el mundial”, aludiendo a la selección catalana.

Dorian continúan con su imparable ascenso, siendo una de las bandas más punteras de la escena. Set cargado de sentimientos con melodías electrónicas y letras poéticas y reivindicativas. Cualquier Otra Parte, es sin duda uno de los hits de la década. Los mayores aplausos de la noche fueron para ellos.


SÁBADO 24


Mañana, ganadores del concurso grupo revelación nacional 2010, los sevillanos pusieron firmeza en su directo marcado por composiciones casi desnudas al estilo de Sufjan Stevens y alguna ligera aproximación a Wilco. Muy correctos sobre el escenario y merecedores de este galardón que les brindará nuevas y mejores oportunidades.

Napoleón Solo, la sensación de la tarde, con “Lolaia Carmona”, hit en potencia, vitoreado por los miles de fans que se agolpaban en las primeras filas siendo aún de día. La voz de Alonso es una delicia, con esa agudeza característica, que tal vez resulte exageradamente impostada pero sin lugar a dudas, muy efectiva. Pasos de gigante, los de estos granadinos.

Underwater Tea Party presentaron su segundo trabajo, con más ganas que pasión y viceversa, con la ausencia destacada de Clara. El sexteto, reconvertido en cuarteto, tuvo en Martí a su líder de expedición, muy activo y vigoroso, imprimiendo mucha furia al ya de por sí reposado repertorio de los madrileños.

Tachenko, los maños siguen siendo esa clase de bandas indiferentes que nunca fallan. Fueron los encargados de soplar las velas del 15 cumpleaños del festival. No faltaron los bigotes entre los fans, en referencia al siempre entrañable Sergio Vinadé.

Los Planetas consiguieron aburrir al personal con sus sonidos aflamencados. La piedra angular de su set fue, una vez más, la promoción de cabo a rabo de “Una ópera egipcia”. La segunda parte del concierto es la que todos ansiaban, la de los clásicos, la de canturrear y bailotear hasta la saciedad “Santos que yo te pinté”, “Pesadilla en el Parque de Atracciones”, “El Artista Madridista”, entre otras. Parece que la música tradicional andaluza vista por los granadinos sigue generando más reproches que aplausos por parte de la todavía, gran legión planetaria.

Love of Lesbian fueron, un año más, los grandes triunfadores. Los catalanes siguen disfrutando del éxito de 1999, seguramente su obra definitiva, aunque no la última. Si bien, LOV siguen considerando que su primera etapa fue errática cantando en inglés, su trayectoria es ejemplar y se ha ido labrando a base de grandes composiciones y sobre todo, sus directos, donde se atreven a hacer playback, con coreografía incluida, del tema Algunas Plantas.

Delorean definitivamente son de otro planeta. Su condición de banda sideral alteró por completo la fisonomía del contempopranea, al estilo creamfields o rave de gran escala, casi como en el Manchester de los 70.

Los Punsetes fueron los últimos, que para muchos los primeros, ya que el suyo fue uno de los mejores shows de este año. Su “gótico ibérico” a modo de humor grueso y vacilón con bajos salvajes, guitarras distorsionadas y afiladas y, sobre todo, ella, Ariadna, y su singular pose, hierática y sofisticada al mismo tiempo, fue todo ímpetu y jarana. Concluye así, la 15ª edición de Contempopranea, y posiblemente de Alburquerque, sede durante todos estos años y quién sabe si en los próximos. En breve saldremos de dudas, pero lo que es seguro es que seguiremos disfrutando de Contempopranea, como mínimo 15 años más, cualquiera que sea el lugar donde se celebre.

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