martes, 31 de mayo de 2011

WOMAD CACERES, 20 AÑOS DE MESTIZAJE



“Volando voy, volando vengo”, cantaba Kiko Veneno en los últimos compases de su rico espectáculo, cargado de raíces sureñas y pop aflamencado, que sirvieron de colofón a la 20ª edición de Womad en Cáceres, el más longevo tras su sede en Reino Unido.
Y es que 20 años dan para mucho, casi todo bueno y bonito, pero el tiempo vuela demasiado rápido. Aún así, seguimos alimentando nuestros gratos recuerdos a base de arte, música y danza multiétnicos, hasta entonces recónditos, que llegan a nosotros como el agua de Mayo.
La Plaza Mayor de Cáceres, se vistió de gala con nueva imagen, para albergar los conciertos con más tumulto. La artista local, Felisa Vega, tuvo la ardua tarea de abrir este certamen multicultural, con una más que arriesgada pero acertada revisión de clásicos flamencos en clave fandango. Muchas fueron las voces discrepantes, tras la cancelación última de Imelda May, sin duda la gran atracción. Sin embargo, a falta de una, la compensación fue doble, gracias al reggae caboverdiano de Domu Africa Dub Squad y, especialmente Ska Cubano, combo británico de ska y mambo cubano, erigiéndose en grandes triunfadores de una noche que parecía no tener fin, auspiciada por las ya tradicionales jam sessions callejeras a ritmo de djembés y darbukas que invitan a la danza y el baile inagotables hasta el amanecer.
La jornada maratoniana del Viernes, arrancaba con seculares talleres en la Plaza de San Jorge, emplazamiento que también acoge conciertos de menor formato. Biggott, fue el protagonista de la jornada, gracias a su repertorio de canciones juguetonas entre el folk y la psicodelia y su constante baile desmesurado a medio camino entre lo teatral y la danza africana. Orcheste National de Barbes, inspirados en el rai magrebí fueron de los pocos que optaron por un doble set, taller + concierto, deleitándonos indistintamente con buenos momentos de imaginación stoniana.
Skalabraos y Barrunto Bellota Band, fueron la representación extremeña del día, demostrando talento y ambición e imprimiendo sonidos Jamaicanos y Balcánicos como hilos conductores, respectivamente. Con Candi Staton llegó la esencia del soul y el gospel, gracias a su voz coral y su sorprendente energía sobre el escenario con 70 años a su espaldas. A Don Letts se le quedó pequeño el escenario de San Jorge, debido a la innumerable afluencia de fieles amantes del punk y reggae. Exquisitez dub de Jamaica. Por su parte, el rapero congoleño Baloji dio una verdadera lección de hip hop con tintes neo soul y accid jazz.
Y por fin llegó el Sábado, la última jornada y la más multitudinaria. El Viaje de Rose tuvo el infortunio de una lluvia intermitente. Una propuesta alejada del movimiento Womad, a mitad de tiempo entre el indie y el mainstream, que si tuvo el respaldo del público local y es que jugar en casa siempre ayuda. A Naifa perdió frecuencia en su intento, algo perseverante, de traladar el fado y la música popular portuguesa. Chapelier Fou demostró dotes de virtusionismo al violín eléctrico de su Francia querida.
9 Bach ya nos dieron algunas pistas el día anterior en su master class acerca de los caminos evolutivos que ha de seguir el folk galés. Innovadores pero galeses al fin y al cabo. Dobet Gnahoré fueron los teloneros perfectos del personaje estrella de la noche, Kiko Veneno, sin duda uno de los máximos exponentes de la generación Womad durante estos 20 años, made in Spain.

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